7. La vida en Down
Durante 1841 la salud de Charles
empeoró. Su trabajo se veía interferido por estados
de agotamiento y por la intensa vida social de la gran ciudad. A
pesar de ello, en enero de 1842 terminó su manuscrito
sobre los corales, que se publicó en diciembre con el
nombre de "The Structure and Distribution of Coral Reefs"
(Estructura y
distribución de los arrecifes de coral). En
el desarrolló un detallado estudio de la formación,
estructura y
distribución de los atolones y arrecifes de
coral. Era el primer tomo de la Geología
del Viaje, que completaría con sus estudios Geological
observations on volcanic islands, publicado en 1844, en el que se
refiere a los fenómenos de actividad volcánica,
especialmente de las Islas de Cabo Verde, Galápagos y
Tahiti, y Geological observations on South America (Observaciones
geológicas sobre la América
del Sur), publicado en 1846, en el que se refiere principalmente
a los mecanismos de levantamiento de los Andes y a la
formación de la llanura pampeana. Tales libros le
colocaron en el rango de los más importantes pensadores
científicos de su tiempo.
Debido a su precaria salud, en septiembre de
1842, tres años después de su matrimonio, se
trasladaron de Londres y se establecieron en una casa de campo
del pequeño pueblo de Down, cerca de Beckenham (condado de
Kent), a unos 25 km. al sur de Londres, con su primer hijo,
William Erasmus y su primera hija, Anna. En ese tiempo el pueblo
conservaba un estilo de vida feudal, los campesinos saludaban a
la "gente bien" como Darwin,
quitándose el sombrero o haciendo una reverencia. Darwin
escribió: "Me hallo ahora establecido en el lugar donde
quiero vivir hasta el final de mi vida", y efectivamente
allí pasó los 40 años finales de su vida.
Down House, hoy Museo Darwin, era una casona antigua y amplia,
que tenía jardines, campos, un retazo de bosque, un
invernadero, y más tarde una pista de tenis de tierra de
arcilla. Darwin pudo allí hacer vida de terrateniente,
entre sus invernaderos, palomas y gallinas. Llegó a tener
unos 15 criados. Su fortuna y paciencia le permitieron llevar
adelante su obra, dedicándose por entero a su labor
científica, a pesar del estado de
salud.
En Down House llevaba Charles Darwin una vida tranquila,
enriquecida con reuniones periódicas a las que
asistían científicos relevantes, como John Stevens
Henslow, Charles Lyell, Joseph Hooker, Thomas Henry Huxley y
otros, que constituyeron importantes apoyos para sus ideas.
Cuando Darwin se instaló en Down, visitaba Londres cada
dos o tres semanas, pero gradualmente fue espaciando sus salidas
y se hizo sedentario. Solamente salía en viajes cortos
a Londres, visitas familiares a Shrewsbury y Maer, y algunas
cortas vacaciones en el mar o algún balneario de aguas
curativas, donde se sometió acríticamente a curas
hidropáticas sin sentido. En Down House pasaba los
días escribiendo, leyendo, recibiendo amigos, paseando,
diseccionando, conversando con los criadores locales de palomas o
cerdos, realizando experimentos en
su invernadero u observando sus panales de abejas.
Contribuía con la iglesia del
pueblo, organizaba actividades filantrópicas y desde 1857
actuó como juez de paz, dirimiendo casos como el de la
caza furtiva de conejos, la conducción enloquecida de un
carro de caballos y el vandalismo contra la valla de un granjero.
Era tesorero del Club del Carbón y Tejidos y
supervisaba las cuentas de la
Escuela Nacional
(Iglesia de
Inglaterra).
Charles y Emma tuvieron diez hijos: William Erasmus, Anna,
Mary Eleanor, Henrietta, George, Elizabeth, Francis, Leonard,
Horace y Robert Waring. La vida familiar en Down de
desarrolló en un ambiente
cordial, afectuoso y sin tensiones, con una convivencia franca
entre padres e hijos. Charles mostraba una auténtica
devoción por sus hijos y sus relaciones con ellos fueron
muy abiertas. Se mostró muy liberal, respetando su
personalidad y
su independencia,
dándole valor a sus
opiniones y problemas y
mostrando cariño y comprensión. Darwin
construyó una rutina de trabajo que mantuvo casi
inalterada durante toda su vida. Se levantaba antes de las 7 de
la mañana, daba un pequeño paseo por el
jardín, tomaba desayuno y se encerraba en su despacho a
trabajar. A mitad de mañana visitaba su invernadero, donde
realizaba experimentos, y
sus instalaciones con palomas y conejos, y continuaba su trabajo
hasta mediodía. Después de almuerzo descansaba un
rato, y luego de un pequeño paseo volvía a su
estudio, dedicándose a leer, contestar su correspondencia
y meditar sus ideas. Su biblioteca
creció rápidamente. Su dificultad para redactar
contrastaba con su rapidez de lectura y su
capacidad para la síntesis de ideas, resumir y
esquematizar hipótesis y teorías. Las últimas horas del
día las dedicaba a conversar, jugar dos partidas de
backgammon con Emma, leer, o escuchar música con su
familia. Se
acostaba a las diez y media de la noche. A las reuniones con
lecturas y música agregaba
ocasionalmente reuniones con sus amigos.
No faltaron los momentos amargos en la vida familiar. El
mismo año de su llegada a Down, nació y
murió su hija Mary Eleanor. Otros duros golpes fueron
la muerte del
tío Jos, padre de Emma, en 1843, y la del Dr. Robert
Darwin, el 13 de noviembre de 1848. El último de los
hijos, Robert Waring, murió a los dos años de
nacer. El dolor más grande fue la pérdida de su
hija Anna, en 1851, cuando contaba diez años de edad. El
matrimonio se
vio abatido en el sufrimiento durante largo tiempo.
Charles Darwin sufría de astigmatismo pronunciado y
atravesaba por prolongados períodos de malestar general y
náuseas. Dos años después de llegar a
Inglaterra
comenzó a experimentar síntomas de una enfermedad
que no le abandonaría hasta el final de su vida. A partir
de los 30 años pasó por frecuentes y largos
períodos en los que no podía trabajar más de
dos o tres horas diarias, o en los que al final estaba de hecho
completamente incapacitado. Fuertes malestares de
estómago, vómitos
violentos, dolor de cabeza, debilidad muscular, convulsiones,
mareos, escalofríos, erupciones en la piel y
alteraciones cardíacas eran los principales
síntomas. La naturaleza exacta
de su enfermedad no está aclarada, pero los
síntomas indican problemas en
el sistema nervioso
autónomo. Algunos investigadores han sugerido que se
trataba de una enfermedad psicosomática, motivada por un
padre dominante y represivo, a un estado
hipocondríaco agudizado por la angustia y presión
autoimpuestas por su trabajo, otros piensan que pudo ser la
enfermedad de Chagas, transmitida por la "vinchuca" (Triatoma
infestans), insecto que Darwin colectó en Chile y
Argentina y que
mantenía vivas en el Beagle, donde observaba cómo
lo picaban en la mano. Se ha mencionado también una
posible alteración del equilibrio
dada las largas temporadas de mareos en el Beagle,
infección por algún parásito adquirido
durante el viaje o envenenamiento por arsénico utilizado
en algunos "tratamientos" de la época. Es difícil
saber si su enfermedad favoreció o perjudicó al
trabajo científico. Por una parte limitó el tiempo
que dedicaba al trabajo activo a unas cuatro horas diarias, pero
parece que lo compensó pensando mucho y desarrollando
hábitos de trabajo metódico.
Uno de los primeros trabajos que realizó luego de
adoptar la vida de un noble rural, fue su proyecto de
estudiar, describir y clasificar los miles de percebes,
crustáceos cirrípedos, que había recolectado
durante el viaje, y que le ocuparon ocho años de
preparación. Fue un trabajo tedioso y agotador ("Odio a
los percebes más que un marinero a borde de un barco en
calma chicha", escribió), pero el examen de miles de
ejemplares le permitió comprender a fondo la realidad y
las dificultades de la clasificación, mostrándole
la frecuente arbitrariedad de las distribuciones según las
especies. Este minucioso trabajo fue un duro aprendizaje,
además, de anatomía comparada y
embriología, y de sus relaciones con la
sistemática.
La obra de Darwin surgió con la constante ayuda de un
grupo de
eminentes investigadores, amigos con los cuales mantuvo un
contacto mediante reuniones o correspondencia. Este selecto
círculo íntimo de amigos de Charles Darwin estaba
formado por Sir Charles Lyell, Sir Joseph Dalton Hooker, Thomas
Henry Huxley, Sir John Lubbock, Alfred Russell Wallace y Asa
Gray.
Sir Charles Lyell (1797-1875). Geólogo. Cambió
la carrera de derecho por la de geología
luego de asistir a unas conferencias de William Buckland, en
Oxford. Era el mayor del grupo, con
gran diferencia, y el único que falleció antes que
Darwin. Charles Darwin leyó su
libro
"Principles of Geology" mientras realizaba su viaje alrededor del
mundo y dijo: "Pienso realmente que mis libros
proceden a medias del cerebro de Lyell.
Veo por sus ojos". Charles Lyell tuvo interés
por conocer personalmente a Darwin, mientras éste se
encontraba en el Beagle. Llegado Darwin de su viaje, Lyell lo
invitó a cenar a su casa, iniciando una larga amistad. Al igual
que Darwin se había interesado en su juventud por
los insectos y las aves. Durante
años animó a Darwin en privado para que continuara
con su trabajo, aunque no se decidía a apoyar a su amigo
en sus ideas. Después de una larga oposición,
terminó aceptando las ideas evolucionistas, pero
rechazó la selección natural y no incluyó al
hombre en la
evolución. Estuvo en EE.UU., Canadá
y casi todos los países europeos.
Asa Gray (1810-1888). Botánico norteamericano, que
viajó mucho. Dejó la carrera de medicina para
estudiar botánica y llegó a ser el principal
especialista norteamericano en taxonomía vegetal. Se
conocieron con Darwin en 1851, en casa de Sir William Hooker,
manteniendo desde 1855 una correspondencia en forma regular. En
1857 Darwin le expuso las líneas generales de su teoría
de la evolución y sus intenciones de publicar un
libro al
respecto. Asa Gray fue un hombre
extremadamente religioso. Darwin lo calificaba como "un cruce
complejo de abogado, poeta, naturalista y teólogo".
Tomó parte activa en los trabajos botánicos de
Darwin. Fue el primer darvinista importante de EE. UU., pero no
estaba de acuerdo en que la selección natural hubiese
participado en el origen del ser humano. Expuso sus ideas en una
serie de ensayos
publicados en 1876 con el nombre de "Darwiniana". Pensaba que un
Dios bienintencionado suministraba a la naturaleza las
variaciones beneficiosas.
Sir Joseph Dalton Hooker (1817-1911). Botánico, como su
padre Sir William Hooker. De joven guardaba bajo su almohada las
pruebas de
imprenta del diario de Viajes
publicado por Darwin en 1839, que había obtenido de su
padre. Se conocieron con Charles Darwin en mayo de 1839. Le fue
presentado por Robert MacCormick cuando Hooker y MacCormick se
preparaban para iniciar un viaje como naturalistas de la
expedición del capitán Ross al hemisferio sur y la
Antártida, viajando por Australia, Nueva Zelanda,
África del Sur y Sudamérica. Emprendió otros
viajes, incluyendo uno durante tres años y medio por la
zona del Himalayas. Fue director de los Jardines Botánicos
Reales de Kew. Amigo y consejero de Darwin en problemas
científicos, sobre todo botánicos, y personales.
Apoyó a las ideas evolucionistas de Darwin desde 1860 y le
entregó valiosa información sobre la distribución de
los vegetales en todo el mundo.
Alfred Russell Wallace (1823-1913). Zoólogo y
biogeógrafo. Comenzó su carrera como guarda
territorial y fue maestro de escuela en
Leicester. En 1848 viajó a Sudamérica con Henry
Walter Bates para colectar material zoológico y
botánico. Se conocieron con Charles Darwin en 1853, en el
Museo Británico. Al año siguiente se embarcó
en otra expedición coleccionista, en el
Archipiélago Malayo. Independientemente de Darwin,
desarrolló la idea de la selección natural como el
más importante factor de la evolución
biológica, y en 1858 presentaron en conjunto en la
Sociedad
Linneana sendos trabajos al respecto. Mantuvo una frecuente
correspondencia con Darwin sobre diferentes materias y
después de su vuelta de Indonesia fue un asiduo visitante
en Down.
Thomas Henry Huxley (1825-1895). Biólogo y
zoólogo, publicó importantes estudios sobre
vertebrados, invertebrados marinos y fósiles.
Estudió medicina, fue
médico de la marina inglesa. Se conocieron con Darwin por
intermedio de Joseph Dalton Hooker, también en 1851,
cuando Hooker volvía de un viaje de tres años por
los Himalayas. Huxley había vuelto el año anterior
de un viaje alrededor del mundo que duró cuatro
años, con el capitán Stanlay en el barco H. M. S.
Rattlesnake, trabajando como cirujano ayudante. Thomas Henry
Huxley se autodefinió como el "bulldog" de Darwin, porque
participó activamente en su defensa. Fue famosa su
polémica con el arzobispo anglicano Samuel Wilberforce
ocurrida el 30 de junio de 1860 en la Asociación
Británica para el Progreso de las Ciencias.
Escribió sobre educación
científica y sobre las implicaciones de la teoría
evolutiva para la filosofía y la ética.
Sir John Lubbock (1834-1913). Prehistoriador, político
y banquero. Se convirtió en el "hijo científico" de
Charles Darwin, y éste en su maestro y mentor, cuando los
Darwin se mudaron a su propiedad de
Dawn House, a kilómetro y medio de la de los Lubbock.
Siendo joven, le dijo a Darwin que sus objetivos eran
ser alcalde de Londres, ministro de Economía y Hacienda y
presidente de la Royal Society. Darwin le contestó que
podría lograr cualquiera de ellos si abandonaba a los
otros dos, pero Lubbock ignoró el consejo y no
consiguió ninguna de sus tres metas. Confirmó la
existencia de la edad glacial en Inglaterra, y realizó
importantes estudios en los campos de la psicología comparada,
la prehistoria y la
conducta de los
insectos sociales.
Darwin desarrolló con gran rapidez sus ideas
evolucionistas en varios frentes, sus cuadernos de notas no
reflejan un proceso
ordenado de acumulación y racionalización. En julio
de 1837 comenzó a recoger en su libro de notas hechos
referentes a la formación y transformación de los
animales
domésticos y las plantas. A fin de
resolver el problema del mecanismo de la evolución,
comenzó por estudiar la formación de razas en
animales
domésticos y plantas
cultivadas. Puesto que el hombre ha
logrado obtener formas muy diferentes en cada una de estas
especies, aparece muy clara la transformación y
diversificación de distintas líneas de
descendencia. Seleccionando ejemplares adecuados se guía
la crianza en una dirección determinada. Darwin pensó,
por lo tanto, que la "selección" debía ser la clave
en la formación de nuevas especies, pero no encontraba en
la naturaleza una fuerza que
actuara en sentido análogo a la selección realizada
por el hombre.
La lectura casual
el 28 de septiembre de 1838 del "Ensayo sobre
la población", de Thomas Robert Malthus, le
ayudó a encontrar la explicación, tanto tiempo
buscada, sobre la formación de las especies. Malthus
postuló que las poblaciones humanas tienden a crecer en
progresión geométrica, mientras los medios de
subsistencia de que disponen lo hacen sólo en
progresión aritmética. Darwin aplicó el
concepto de
lucha por la existencia al reino animal y vegetal y dedujo que
las variaciones que se producen en los individuos de una especie
tenderán a conservarse en sus descendientes en el caso de
ser favorables, porque a la larga serán eliminados los
individuos menos adaptados al medio. Ha llamado la
atención que debieron pasar 40 años para que
alguien percibiera las implicaciones evolutivas del principio
malthusiano, que era de dominio
público. El principio de Malthus tenía como fin
argumentar contra el cambio, para
rebatir la ilusión de los ilustrados de que por medio de
la reforma social puede producirse el progreso humano. El
razonamiento de Malthus fue que el progreso es imposible a menos
que exista un abastecimiento ilimitado de recursos. Para
Malthus la lucha por la existencia descartaba todo cambio.
Aunque tanto Darwin como Wallace atribuyeron a Malthus el
haberle entregado la clave de la selección natural, Sydney
Smith realizó un minucioso estudio de los cuadernos de
notas de Darwin y demuestra que la idea de la selección
natural estaba bien clara en la mente de Darwin antes de haber
leído a Malthus. También se ha dicho que estos
conceptos tenían conexiones con el liberalismo
económico de la Inglaterra del siglo XIX.
Charles Darwin elaboró por primera vez la teoría
de la evolución como un argumento coherente en un breve
bosquejo (conocido como "el sketch", "esquema" o "notas sobre la
transmutación de las especies") de 35 páginas
escrito en junio de 1842, seguido por un ensayo
más extenso (conocido como "el Essay", "ensayo" o
"borrador sobre las especies"), de 231 páginas, en 1844,
que contiene en esencia las principales ideas de su principal
obra, publicada 15 años más tarde. El 5 de julio de
1844 escribe a Emma: "Acabo de finalizar el esquema de mi
teoría de las especies. Si, como creo, mi teoría en
el futuro fuera leída, aunque sólo fuese por un
crítico competente, supondrá un avance considerable
en la ciencia.
Ninguno de los borradores lo escribió para publicarlo,
pero Darwin le encargó a su mujer la
publicación del ensayo de 1844 en caso de muerte
prematura. Sin publicar nada sobre el tema, continuó
trabajando en él durante muchos años. En el mismo
año en que Darwin completó su "ensayo sobre las
especies", 1844, se publicó en Inglaterra una obra de
autor anónimo denominada "Vestiges of the "Natural History
of Creation" (Vestigios de la Historia Natural de la
Creación). Se trataba de una extensa obra popular con
especulaciones evolucionistas, que añadió muy poco
a la discusión científica del problema. Este libro
tuvo un gran éxito entre el público general, no
científico, pero también se comentó
detalladamente en revistas científicas importantes, y
provocó una fuerte reacción contraria de la
comunidad
científica. Se produjo una gran curiosidad sobre el autor
de los "Vestiges", puesto que el libro se había publicado
como anónimo, pero años más tarde, en 1884,
al publicarse la duodécima edición, póstuma,
se supo que había sido escrito por Robert Chambers, un
editor escocés. El principal mérito de este libro
fue preparar al público para recibir la obra de Darwin.
Sus actividades de escritor y estudioso las alternaba con
conversaciones e intercambio de ideas con científicos
importantes, tales como Robert Brown, Alexander von Humboldt, el
astrónomo y matemático John Herschell, a
quién había conocido durante su paso por Ciudad del
Cabo, y por supuesto con John S. Henslow y Charles Lyell.
Desde los 40 años, para compensar su calvicie Darwin se
dejó crecer una larga barba, que le daba un aspecto
patriarcal. Entre los 30 y 40 años su cabellera era de
color nogal vivo,
y sus ojos azules claros. Era corpulento y de color sonrosado.
Entre 1851 y 1853 se publicaron los cuatro tomos, con más
de mil páginas, de su tratado sobre los percebes o
cirrípedos, grupo de crustáceos aberrantes,
titulado "A monography of the Cirripedia". A partir del 14 de
mayo de 1856 empezó a escribir la gran obra de su vida
sobre el problema del origen de las especies, dedicándose
casi por completo a este esfuerzo. La única
explicación transformista, la de Lamarck, le
parecía ingeniosa y hábil, pero algo infantil.
El ensayo
sobre este tema que había escrito en 1844 lo había
dado a conocer a algunos de sus amigos, entre ellos a Charles
Lyell y a Joseph Dalton Hooker. Lyell le recomendó en
varias oportunidades que diera a conocer sus teorías, pero Darwin, entregado a otros
trabajos, y metido en una montaña de datos, no
veía llegado el momento para terminar de redactar la
extensa obra que había proyectado. El libro se
desarrollaba lentamente, por el afán de Darwin de reunir
la mayor cantidad de datos. En 1855
apareció en los Annals and Magazine of Natural History un
artículo abiertamente evolucionista titulado "Sobre la
ley que ha
regulado la aparición de nuevas especies". Su autor era
Alfred Russell Wallace, que lo enviaba desde Sarawak, Borneo.
Darwin leyó el artículo por sugerencia de Lyell y
se asombró al comprobar la similitud de las ideas de
Wallace con las suyas. Alfred R. Wallace era más joven que
Darwin. Con el entomólogo Henry Bates había
explorado en 1848 la cuenca del Amazonas. Los tres años
siguientes a la publicación del artículo de Wallace
preocuparon a los amigos de Darwin, que constantemente le
impulsaban a terminar su libro. Desde 1856 Darwin
intercambió correspondencia con Wallace, comentando
algunos aspectos de sus ideas, sin embargo se trataba de
comentarios generales, sin referirse con detalle al mecanismo
evolutivo.
Entonces se produjo una coincidencia extraordinaria.
Recién había redactado los primeros nueve o diez
capítulos de lo que sería su "gran libro de las
especies", cuando Charles Darwin sufre la mayor sorpresa de su
vida. El 18 de junio de 1858 recibe por correo un breve
manuscrito que contenía todos los elementos esenciales de
la teoría darviniana y en el que se exponía
exactamente, hasta con términos idénticos, la
teoría de la selección natural. El autor del
manuscrito era el naturalista Alfred Russell Wallace, que se
encontraba en el Archipiélago Malayo. Le pedía a
Darwin que lo leyera y enviara a alguna revista
científica si lo consideraba aceptable. Estando enfermo de
malaria en una pequeña isla del archipiélago de las
Molucas, en Indonesia, se le ocurrió súbitamente la
teoría de la selección natural. El problema del
origen de las especies le preocupaba desde hacía varios
años y como había tenido correspondencia con Darwin
sobre la materia, fue
lógico que enviara el artículo al propio
Darwin.
Darwin en seguida quiso renunciar a su prioridad en favor de
Wallace, pero Charles Lyell y Joseph Hooker lo convencieron que
hiciera una primera exposición escrita de su
teoría. En una sesión celebrada el 1 de julio de
1858 en la Linnean Society, el naturalista Alfred Newton
leyó los dos trabajos, el de Wallace y el de Darwin.
Inesperadamente no hubo mayor reacción. Se les
felicitó cortésmente y se les animó para que
siguieran trabajando en el tema. El mismo Darwin anota: "La
única noticia pública de que me puedo recordar, fue
la del profesor Haughton, de Dublín, cuyo veredicto fue
que todo lo nuevo dicho era falso y que sólo era exacto lo
antiguo". Newton
advirtió la importancia de ambos trabajos, y los hizo
publicar íntegros en el Journal of the Proceedings of the
Linnean Society casi inmediatamente. Los trabajos de la Linnean
Society fueron casi completamente ignorados, e incluso el
presidente de la Sociedad
resumió el año 1858 como un año no destacado
por "ninguno de esos notables descubrimientos que inmediatamente
revolucionan la ciencia".
Charles Darwin abandonó la idea de terminar su
monumental obra de las especies, y en su lugar se retiró
durante un año a la isla de Wight para escribir lo que
él consideraba un "resumen". Reelaboró
completamente el proyecto anterior
y tras 23 años de maduración de sus teorías,
el 24 de noviembre de 1859 se publicó su gran obra, "On
the Origin of Species by Means of Natural Selection or the
Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life" (El
origen de las especies), en la que expone su teoría sobre
la evolución. Cuando el editor sometió el
manuscrito del libro a un árbitro para que diera su
opinión, éste respondió lamentando que
Darwin no hubiese escrito simplemente sobre la crianza de
palomas. Opinó: "Todo el mundo se interesa por las
palomas, se harían comentarios del libro en todos los
periódicos del reino y pronto se encontraría en los
catálogos de todas las bibliotecas". La
repercusión fue enorme, con razón se ha dicho que
fue "el libro que sacudió al mundo". Pese a su contenido
rigurosamente científico, se agotaron los 1.250 ejemplares
que constituían la totalidad de la primera edición,
en el mismo día de su publicación. Dos meses
después se agotó en pocos días una segunda
tirada de 3.000 ejemplares. Durante la vida de Darwin de este
libro se realizaron seis ediciones. Posteriormente se
siguió imprimiendo constantemente y se ha traducido a unos
30 idiomas. Durante la vida de Darwin se vendieron más de
27.000 ejemplares sólo en ediciones británicas, sin
considerar las varias ediciones norteamericanas y las
traducciones a diferentes idiomas. Es notable que Darwin nunca
publicara el ensayo de
1844, que contiene todos los elementos esenciales de El origen de
las especies. Durante un cuarto de siglo dedicó su vida a
un prolongado esfuerzo, intensivo y unitario para obtener nuevas
fundamentaciones de su teoría. Esta atención
única y su inteligencia
superior son los responsables del éxito que tuvo al
publicar su libro.
Alfred Wallace cedió a Darwin la mayor parte del
crédito
por sus ideas, argumentando que las contribuciones de ambos se
comparan con una semana de trabajo suya y con veinte años
de trabajo de Darwin. Por otra parte, se confesó incapaz
de haber podido realizar la enorme labor efectuada por Darwin:
"Carezco del amor al
trabajo, al experimento y al detalle que caracterizaba a Darwin y
sin el que nada de lo que yo hubiera podido escribir
habría convencido nunca al mundo" Wallace siempre se
refirió a la teoría como de Darwin y tituló
"Darvinismo" a uno de sus libros y a un ciclo de conferencias que
realizó en Estados
Unidos.
Un factor muy importante que contribuyó al éxito
de Darwin fue la atmósfera intelectual
de la primera mitad del siglo XIX y la capacidad de Darwin para
aprovecharla. A comienzos del siglo XIX se disponía de
varios conceptos básicos necesarios para el desarrollo de
las ideas evolucionistas: (1) Se encontraba en pleno apogeo la
descripción de nuevas especies de plantas y animales,
estimulada por los viajes geográficos y la
introducción del sistema linneano;
(2) Los esfuerzos de sistemáticos, anatomistas y
embriólogos habían resaltado las estrechas
similitudes entre muchos grupos
diferentes; (3) Se había aceptado la existencia de
especies fósiles ya extinguidas; (4) Los geólogos
William Smith y Sir Charles Lyell habían puesto de
manifiesto que las sucesiones de
fósiles cambiaban continuamente en las distintas etapas
geológicas; (5) Se había descartado la idea de la
"generación espontánea", se aceptaba que al menos
la mayoría de los organismos descendían de
organismos preexistentes a través de la herencia
biológica; (6) Otro importante elemento fue el nuevo
concepto de la
distribución geográfica de las plantas,
desarrollado por Joseph Hooker y Asa Gray; (7) Los alemanes del
movimiento de
la Naturphilosophie. que había desaparecido alrededor de
1830, habían expresado ideas tales como el reconocimiento
de las homologías anatómicas, explicables a
través del desarrollo
embriológico; (8) La escuela de Leibniz había
desarrollado la idea de "escala de la
naturaleza", según la cual no existían
discontinuidades en una cadena que iba desde los objetos
inanimados hasta el hombre.
El libro alcanzó un gran éxito y a él se
debe el establecimiento definitivo de la teoría de la
evolución. La obra de Darwin supera ampliamente, tanto en
extensión como en calidad, a todas
la publicaciones anteriores sobre evolución y se considera
a Darwin como el fundador de la moderna teoría de la
evolución.
Hay que distinguir dos aspectos en la gran obra darviniana.
Por un lado, la recopilación de un gran conjunto de datos
paleontológicos y biológicos a partir de los cuales
se induce la idea de la evolución, y por otro la
formulación de la teoría de la selección
natural para explicar el mecanismo del proceso
evolutivo. La idea de evolución fue progresivamente
aceptada por los biólogos casi de inmediato, pero la
teoría de la selección natural fue discutida desde
un principio y ha estado sometida a diversas alternativas, siendo
su papel
reconocido plenamente con el desarrollo del sinteticismo desde
mediados del siglo XX.. Atribuye el origen de las nuevas especies
a la selección natural de las características ventajosas, y para la cual
la adaptación orgánica es de origen secundario y no
primario como pretendía Lamarck.
Cuando se discute la "teoría de Darwin" se tiene en
mente una combinación de teorías, que pueden
agruparse en dos grandes campos: La evolución en sí
y sus características ("Teoría de la
descendencia con modificación" o "Teoría General de
la Evolución") y la explicación darviniana del
mecanismo mediante el cual se produce la evolución
("Teoría de la Selección Natural").
La "Teoría de la descendencia con modificación"
(Teoría General de la Evolución) propone
básicamente las siguientes ideas:
1. Evolución como tal: Las características del
mundo no son constantes, el Mundo no se originó
recientemente ni está en un ciclo perpetuo, sino que
está cambiando irreversiblemente en forma continua,
transformándose los organismos a través del
tiempo.
2. Continuidad: Todas las especies, fósiles o
vivientes, se han originado a partir de otra especie
preexistente.
3. Origen común: La materia no
viva dio origen en forma natural a los primeros seres vivos tras
un largo proceso, bajo condiciones muy diferentes de las
actuales. La vida se originó una sola vez, y todos los
seres vivientes de la actualidad descienden de un antepasado
común, están ligados por relaciones de parentesco
genético. La mayor similitud entre dos grupos indica un
ancestro común más próximo. La teoría
previa, de Lamarck, no admitía un origen único,
sino la formación continua de vida a partir de la materia
inerte.
4. Diversificación evolutiva: Las especies se
diversifican a través del tiempo geológico, la
evolución no ocurre en una sola "escala", sino la
evolución de la vida adopta una pauta de ramificaciones
sucesivas. La teoría lamarquiana tampoco aceptaba la
diversificación, de acuerdo a ella el proceso era
rectilíneo.
5. Gradualismo: El cambio evolutivo ocurre a través del
cambio gradual, de larga duración, de las poblaciones y no
por la producción repentina de individuos de un
nuevo tipo. La transformación de una especie en otra
representa la suma de pequeños cambios que sufrieron una
serie de generaciones sucesivas en curso de adaptación. La
evolución progresa a pequeños pasos y jamás
hace un salto brusco. Autores posteriores a Darwin, como Thomas
H. Huxley y Hugo De Vries eran partidarios de una
evolución saltacionista.
6. Especiación: Las variedades que se hacen muy
diferentes entre sí finalizan siendo promovidas al rango
de especies. La aparición de nuevas especies depende de
dos variables: el
tamaño de las poblaciones y la frecuencia con que aparecen
diferencias entre los individuos. Los grupos más numerosos
son los que más se multiplican, cada grupo grande tiende
así a aumentar siempre más, y por la misma
razón a presentar caracteres más distintos. La
diferencia entre individuos es importante porque cuanto
más se diferencian los miembros de un grupo en su
conformación más preparados están para
ocupar hábitats variados y adaptarse a ellos, y por su
aumento numérico suplantar a las otras variedades.
7. Macroevolución: El origen de los grupos
taxonómicos superiores (familias, órdenes, clases,
filos) es consecuencia del mismo proceso de formación de
las especies. Para los pautacionistas, como Stephen Jay Gould, se
trata de mecanismos diferentes.
8. Irreversibilidad: Una vez que una especie se extingue no
reaparece, cada especie se origina una sola vez. La
evolución es un proceso irreversible. Louis Dollo
insistió posteriormente en esta idea, conocida como "Ley
de Dollo".
9. Uniformismo: La evolución continúa hoy de la
misma forma que en el pasado. Para otros evolucionistas la
evolución se había detenido desde la
aparición del hombre.
10. Oportunismo: La aparición de una forma nueva no
tiene carácter de ineluctable, es el resultante de
numerosas fuerzas que se conjugaron en un cierto lugar en
determinada época. La evolución opera modificando
las estructuras
presentes, adaptándolas a nuevas condiciones.
11. Extinción: La extinción de las especies
está ligada a la evolución. Las especies se
extinguen como consecuencia de la aparición de nuevas
especies o debido a cambios ambientales.
12. Fenómeno Poblacional: Darwin deja de considerar al
mundo viviente a través de individuos aislados, y comienza
a pensarse en términos poblacionales. Darwin pone el
énfasis en el inmenso desperdicio en la naturaleza, por lo
cual los acontecimientos menos frecuentes terminan por tener las
consecuencias más importantes. Darwin se adelanta a
Boltzmann y a Gibbs, adopta la actitud que
impondrá la mecánica estadística en la segunda mitad del siglo
XIX. Toda la teoría de la evolución reposa sobre
las leyes de los
grandes números. Aunque Darwin no recurre a tratamientos
matemáticos complejos para analizar la variación de
las poblaciones, conformándose con la intuición y
el buen sentido, su actitud es ya
la del análisis estadístico.
En cuanto a los mecanismos que actúan en la
variación de los seres, en la evolución de su
organización y en su adaptación
("Teoría de la Selección Natural"), Darwin reconoce
los siguientes principios:
1. Una población de organismos tiene un potencial
reproductivo tal que si se expresara en la realidad la
población se incrementaría mediante tasas
geométricas.
2. Durante períodos geológicos cortos el
número de individuos de una población permanece
más o menos constante.
3. Solo una parte de los nacidos sobrevive hasta
reproducirse.
4. Las condiciones ambientales de muchos organismos van
cambiando a través del tiempo.
5. Los individuos de una misma población presentan
variaciones en sus caracteres, parte de esta variación es
heredable.
6. Las actividades vitales determinan qué rasgos son
favorables para la supervivencia y la reproducción.
7. Los individuos con caracteres favorables producirán
en promedio más descendientes que los que presentan rasgos
menos favorables.
La grandeza de Darwin en el campo evolutivo no radicó
sólo en el reconocimiento de la selección natural
como concepto unificador del cambio y estabilidad evolutivos,
sino su espíritu extraordinariamente sintético. En
sus escritos hay dos elementos esenciales: análisis detallado y profundo mediante
observaciones cuidadosamente elegidas y experimentos, seguido por
una síntesis de toda la información disponible. Darwin fue una gran
mente sintética: desarrolló la habilidad de
encontrar relaciones entre hechos aparentemente no
relacionados.
Darwin no utilizó el término "evolución"
hasta la sexta edición de El origen de las especies, que
apareció diez años después de la primera.
aunque la última palabra del texto es el
participio pasado del verbo "evolucionar". Darwin prefería
hablar de "descendencia con transformación", o
"transmutación de las especies". Antes, Jean Lamarck
había hablado de "transformismo", y Ernest Haeckel
utilizaba los términos "teoría de las
transmutaciones" o "teoría de la descendencia". La palabra
"evolución" designaba en aquella época al proceso
de desarrollo
embrionario a partir de un embrión preformado, de
acuerdo con el término acuñado por Albrecht von
Haller en 1744. Por ejemplo, uno de los capítulos del
libro "Palingenesia filosófica" de Charles Bonnet se
había titulado "Preformación y evolución".
En el lenguaje
cotidiano, el término "evolución" estaba asociado a
la idea de progreso, pero Darwin rechazaba explícitamente
que lo que hoy llamamos evolución produjera progreso. La
palabra "evolución" con su sentido actual lo
comenzó a emplear Herbert Spencer, quién aceptaba
el concepto asociado al progreso.
Charles Darwin, en su retiro de Down, permaneció al
margen de las polémicas que originó su obra, aunque
tuvo muy en cuenta las objeciones científicas que se le
hicieron. Entre 1868 y 1872, Darwin publicó otras tres
obras importantes desde el punto de vista evolutivo: "The
variation of Animals and Plants under Domestication" (La
variación de los animales y las plantas bajo la
domesticación), 1868, en la que enfrentó el
problema del origen de la variación genética;
"The Descent of Man and Selection in Relation to Sex" (El
origen del
hombre y la selección sexual), 1871, en el que
trató la evolución humana y amplió su
teoría de la selección sexual, y "The Expression of
the Emotions in Man and Animals" (La expresión de las
emociones en
el hombre y los animales), 1872, en la que sienta las bases para
el estudio de la conducta
animal.
En "The variation of Animals and Plants under Domestication"
(La variación de los animales y las plantas bajo la
domesticación), Darwin reúne en dos gruesos
volúmenes el material que había recolectado sobre
el problema de la variación y la herencia
biológica durante muchos años. En ella enuncia la
"teoría provisional de la pangénesis" sobre la
herencia. Para explicar la heredabilidad de las variaciones del
organismo, supuso que las células de
los diferentes órganos emiten partículas
microscópicas, que llamó "gémulas",
portadoras de los caracteres somáticos, las cuales
serían arrastradas por la sangre hasta las
células
germinales que, a su vez, proyectarían en los
descendientes las gémulas recibidas. Así se
trasmitirían los caracteres adquiridos por los
progenitores. Esta fantástica hipótesis tuvo en
su época una acogida poco favorable, a pesar de la fama de
Darwin.
Darwin creía, como todos los biólogos de la
época, en la llamada "herencia mezclada". Sostenía
que cada progenitor contribuía generalmente en igual
medida a la composición física de sus
descendientes, de manera que cualquier atributo heredado
sería por término medio igual para los
descendientes que para la media de los dos progenitores.
Con motivo de la aparición de su libro sobre la
expresión de las emociones, Darwin
escribió a Haeckel: "He reanudado varios trabajos
botánicos y nunca volveré a preocuparme de
problemas teóricos. Me voy haciendo viejo y débil y
nadie puede decir cuándo decaen sus facultades
intelectuales". En efecto, no volvió a tratar de los
grandes problemas planteados con sus teorías y
llevó a cabo una serie de investigaciones
concretas en botánica, que se tradujeron en la
publicación de varios libros: "The fertilisation of the
Orchids" (La fertilización de las orquídeas), 1862;
"Insectivorous plants" (Las plantas insectívoras), 1875;
"Climbing plants" (Plantas trepadoras), 1875; "The Effects of
Cross- and Self-Fertilisation in the Vegetable Kingdom" (Efectos
de la fecundación cruzada y de la autofecundación
en el reino vegetal), 1876, y "The Differents Form of Flowers on
Plants of the Same Species" (Las diferentes formas de flores en
plantas de la misma especie), 1877 y "The power of movements in
Plants" (La capacidad de movimiento en
las plantas), 1880. Estos trabajos, unidos a los anteriores,
constituyen una aportación muy notable – más de
3.000 páginas en conjunto – que tuvo muy buena acogida
entre los botánicos.
Su último libro publicado en vida fue "The formation of
Vegetable Mould throught the action of Worms" (La
formación de la tierra
vegetal por acción de los gusanos, con observaciones de
sus costumbres), en 1881. Se trata de un estudio en el que
explica cómo las lombrices enriquecen el suelo llevando
componentes profundos a la superficie y mezclándolos con
el suelo
superficial. Planteó además que sus actividades son
importantes en la aireación del suelo y estimó que
entre 10 y 12 toneladas de tierra seca
por acre pasan anualmente a través de su intestino,
llevando potasio hacia la superficie y fosfato al subsuelo, y
agregando productos
nitrogenados de su metabolismo.
Mientras tanto, sus méritos científicos fueron
reconocidos oficialmente en todo el mundo. Los nombramientos y
honores, así como los ataques que debió soportar
durante la última parte de su vida, se sucedieron hasta su
muerte. En
1864, recibió la medalla Copley de la Real Sociedad, la
segunda más alta distinción académica de
Inglaterra. En 1874, John Tyndall pronunció un brillante
discurso en la
Asociación Británica para el Progreso de la Ciencia, en
el que reconocía los éxitos obtenidos por Darwin
con sus teorías evolucionistas. En el mismo año, la
Sociedad Zoológica Argentina lo
nombró miembro honorario, y al año siguiente lo
mismo hizo la Academia Nacional de Ciencias de
Argentina. En 1877 fue nombrado "Doctor Honoris Causa" por la
Universidad de
Cambridge. Gladstone le ofreció hacerle miembro del
patronato del Museo Británico, honor que declinó
por razones de salud. En 1877 fue nombrado profesor honorario de
la Institución Libre de la Enseñanza, en Madrid,
España.
Distinciones semejantes fueron entregadas por las Academias
Imperiales de Ciencias de Rusia y las sociedades de
naturalistas de la Universidad
Imperial de Kazán y otras de Moscú.
En diciembre de 1881 viajó a Londres a visitar a una de
sus hijas y sufrió un desvanecimiento en la calle. En el
invierno de 1882, escribió a un amigo: "mi carrera
está casi concluida". Posteriormente los desmayos se
hicieron más frecuentes. Sin embargo, no dejó de
trabajar. Decía: "Cuando me vea obligado a renunciar a la
observación y a la experimentación,
moriré". Trabajó hasta el 17 de abril de 1882. Tras
un colapso agudo que sufrió en la noche del 18 de abril,
la gravedad de su estado se hizo irreversible,
produciéndose su muerte a las tres y media de la tarde del
día 19 de abril de 1882, a los 73 años.
La familia
quería que fuera sepultado en su pequeña ciudad de
Down, pero John Lubbock inició inmediatamente una
campaña apoyada por diecinueve miembros del Parlamento
inglés,
para que fue sepultado en la abadía de Westminster, junto
a Isaac Newton,
el máximo honor que puede tributarse a un inglés
después de su muerte. A sus funerales, realizados a los
siete días de su muerte, asistieron representaciones
diplomáticas oficiales de diferentes países
(Francia,
Alemania,
Italia, España y
Rusia), y de universidades y sociedades
científicas. Un grupo selecto de personalidades llevaron
las cintas del paño mortuorio que cubría el
féretro: Sir John Lubbock, Thomas Henry Huxley, Sir Joseph
Hooker, Alfred Russell Wallace, William Spottiswoode (presidente
de la Royal Society), el Duque de Devonshire, el conde de Derby,
el Duque de Argyll y el canónigo Sir Thomas Farrer. Con
motivo de la muerte de
Darwin los canónigos de Londres pronunciaron sermones en
Westminster y en la catedral de San Pablo. El canónigo
Liddon, en su sermón en la Catedral de San Pablo, dijo:
"Cuando aparecieron las obras del profesor Darwin sobre "El
Origen de las Especies" y "La descendencia del Hombre", fueron
consideradas al principio ligeramente por los hombres religiosos
como si contuviesen teorías necesariamente hostiles a la
religión.
Un estudio detenido modificó por completo semejante
impresión. Se vio que así la actividad creadora de
Dios se manifestase por catástrofes (valga la frase) lo
mismo que en progresiva evolución, quedaba siempre tal
actividad creadora, y en realidad las grandes cuestiones
metafísicas permanecían intactas". Por su parte, el
canónigo de Barry, dijo en su oración
fúnebre en la Abadía de Westminster: "La
fructífera doctrina de la evolución, a la cual el
nombre del difunto profesor quedará para siempre unido, se
presta, por lo menos, también, a las antiguas promesas de
Dios como las modernas pero menos completas explanaciones del
Universo".
Cuando el ataúd traspasó las puertas, el coro
cantó un himno compuesto para la ocasión y tomado
del Libro de los Proverbios: "Feliz es el hombre que encuentra la
sabiduría y logra el entendimiento. Ella es más
preciosa que los rubíes y todo lo que se puede desear, y
no se puede comparar con ella".
Aunque no recibió durante su vida ningún honor
oficial, aparentemente por influencia de la Iglesia, a tres de
sus hijos se les concedió posteriormente el título
de Sir. Hoy "Down House" es un museo. Existen hoy museos
"Darwin", bibliotecas
"Darwin" e instituciones
"Darwin" en muchas partes del mundo. En las islas
Galápagos, Ecuador, hay una
importante estación de investigación biológica llamada
"Charles Darwin". La isla de este archipiélago llamada
antiguamente Culpepper recibe hoy el nombre de "Darwin". Existe
la ciudad Darwin, capital del
Territorio Septentrional, en el norte de Australia, y localidades
Darwin en Uruguay
(Depto. de Soriano) y Argentina (Depto de Avellaneda). En
Chile hay
varios accidentes
geográficos que llevan su nombre: Bahía Darwin y
Canal Darwin, en Aisén, Cordillera Darwin en Magallanes,
Cordillera Darwin y Cerro Darwin en Tierra del Fuego (estos
últimos dos denominados así por Fitzroy), y un
ramal de los Andes en la provincia de Atacama (denominado
así por el explorador Francisco San Román).
Sus contemporáneos describieron a Charles Darwin como
una persona
extraordinariamente modesta, tranquila y amable, que evitaba por
todos los medios herir
los sentimientos de los demás. Era un hombre tranquilo, de
conversación entretenida y muy modesto, que detestaba la
ostentación. Por ello se desilusionó cuando
conoció a Humboldt, a quién encontró
demasiado hablador, que conversaba con demasiada seguridad en
tonos de voz altos. Darwin nunca se jactaba de nada. Solía
tartamudear, y pronunciaba mal algunas palabras. Se quejaba de su
absoluta ignorancia del dibujo y de
escasa aptitud para los idiomas, lo que dificultaba sus estudios.
Sin embargo, aunque tenía gran dificultad en el aprendizaje de
idiomas extranjeros, aprendió alemán para entender
el sentido de las críticas de Haeckel, y leer las obras de
Hermann Müller, Behren y otros, estudió a fondo las
obras de algunos naturalistas alemanes y pudo contestar a Ernst
Haeckel una carta en su
propio idioma. En sus conversaciones privadas era alegre e
ingenioso. A sus hijos les concedía muchas libertades y
confianza, les contaba sus anécdotas, les leía
novelas. Las
cartas a sus
amigos íntimos están sembradas de ocurrencias
divertidas, aún tratando acerca de temas serios. Darwin
fue un investigador sagaz, completamente sincero y que se
acercaba a la realidad con absoluta ingenuidad. En cierta
ocasión dijo a un amigo: "Me gustan los experimentos
tontos, y siempre los estoy haciendo". Para Darwin no
había nada obvio, y realizaba experimentos que la
mayoría de las personas considerarían innecesarios.
Por ejemplo, investigando la polinización colocó en
una jarra una flor femenina junto con algo de polen de una planta
masculina, para comprobar si se podían unir sin la
intervención de insectos. Cuando en sus cartas
describía estos "experimentos tontos" o sus nuevas ideas,
solía firmar su correspondencia como "Stultis", que en
latín designa a alguien absurdo o ridículo.
Darwin fue ante todo un gran observador. También fue un
gran teorizador, en ese sentido se asemeja a algunos
físicos destacados de su época. La universalidad de
sus intereses lo convirtieron en un constructor de puentes entre
diversas disciplinas. Fue muy audaz en la teorización. En
Charles Darwin se dio una interesante mezcla de una mente
brillante, una gran audacia intelectual, y habilidad para
combinar las mejores cualidades de un naturalista observador, un
teórico filosófico y un experimentador. Con Darwin
aparece un nuevo tipo de naturalista, ante todo viajeros que van
al terreno a examinar el material, naturalistas que van de isla
en isla, de continente a continente, estudiando los seres vivos
en el lugar en que viven, comparando sus formas, hábitats
y costumbres. Acumulan observaciones, comparaciones, medidas. No
titubeaba en experimentar en el lugar, sumergir por ejemplo
caracoles durante 15 días en el mar para medir su
capacidad de superviviencia y determinar su capacidad de ser
transportados de una tierra a otra.
Según las índices convencionales, su coeficiente
intelectual probablemente corresponda a una superioridad
intelectual. Empleaba su inteligencia
para interpretar la realidad sin prejuicios. No era adepto a
ninguna escuela, no sentía odio por nada. Trabajó
mucho porque tenía una insaciable sed de conocimientos, no
para obtener cargos ni honores. En sus publicaciones fue un
científico en el total sentido de la palabra. No
escribió para el gran público, y cuando alguna de
sus obras alcanzó un gran éxito popular siempre
quedó asombrado. Darwin fue un naturalista concienzudo,
con dotes de observador poco comunes, gran recopilador de datos y
capaz de concentrarse durante mucho tiempo en un problema. Sus
razonamientos eran imaginativos y críticos. Hombre de
mente reflexiva, con gran capacidad para la síntesis,
sopesaba mucho sus ideas antes de publicarlas. No se puede dudar
de la gran honradez científica de Darwin. Su amor a la
Ciencia fue el
principal determinante de su vida. Charles Darwin tenía
una especial capacidad para desarrollar las ideas y a partir de
ellas generar otras nuevas y proporcionar nuevas preguntas,
proceso innovador y sintético muy distinto a una simple
recopilación de datos.
Otra característica encomiable de Darwin es la ausencia
de dogmatismo en la exposición de sus ideas. Preludios
típicos de sus párrafos son expresiones tales como
"pienso que…", "en mi opinión", "según la
posición adoptada en este trabajo.." Cada una de sus
argumentaciones emerge de una larga argumentación que la
hace plausible, y se apoya en el análisis de abundantes
observaciones. Tampoco puede acusársele de minimizar o de
ignorar las dificultades de su teoría. Darwin era muy
tolerante con las críticas bien intencionadas y por ello
corrigió constantemente sus obras. Siempre insatisfecho,
agregaba nuevas observaciones y hechos. Su Origen del
hombre alcanzó seis ediciones.
13. Impacto de la obra de
Darwin
Cuando Charles Darwin tenía 27 años,
había reunido una mayor cantidad de información
científica que la acumulada por la mayoría de las
personas durante toda su vida. Su producción abarcó 17 libros y
más de 150 artículos. Darwin fue el iniciador de la
mayor revolución
en la historia del
pensamiento.
Se designó como "darvinismo" al cuerpo doctrinal de
carácter naturalista, sociológico y
psicológico que explica las transformaciones graduales,
continuas e irreversibles del mundo sobre la base de la
selección natural, que lleva a la supervivencia,
propagación y combinación de los caracteres
más adecuados. El trabajo de
Darwin llevó a la ruptura de las ciencias
naturales con el dogma de la creación independiente de
las especies y la vida comenzó a representarse como un
gran árbol con millones de ramificaciones. El darvinismo
fue considerado en un momento, así como antes lo
había sido el copernicanismo, como un grave ataque a la
concepción cristiana del mundo, e interpretado como una
profunda perturbación de su sentido cristiano. La revolución
intelectual generada por Darwin abarcó mucho más
que la biología, produciendo el derrumbe de
algunas creencias fundamentales de su época. Darwin
contradijo la creencia en una creación individual y
definitiva de cada especie, introdujo la idea de que los humanos
hemos surgido evolutivamente de acuerdo a los mismos principios que
operan en le resto del mundo viviente. Cambió la
noción de un mundo natural estable y benéfico por
el concepto de lucha por la existencia. Las nociones victorianas
de progreso y perfectibilidad fueron reemplazadas por cambio y
adaptación que no conducen necesariamente al progreso y la
perfección.
La aparición de "The Origin of Species"
constituyó un acontecimiento científico y cultural,
con ribetes de escándalo. Muchas revistas y
periódicos publicaron críticas o apologías
de la obra. Los biólogos se dividieron pronto en dos
frentes: partidarios de Darwin y defensores del antiguo fijismo.
Parecía que había que tomar posiciones a favor o en
contra de las ideas de Darwin. En el bando opuesto se unieron las
mentalidades tradicionales impermeables a lo nuevo. La
clerecía británica se destacó por la
virulencia de sus diatribas antidarvinianas. La inclusión
del ser humano en su teoría hizo que Darwin entrara en
duro conflicto con
las fuerzas conservadoras y con la teología ortodoxa. La
selección natural desplazaba a la providencia divina,
mientras la imagen
común de las especies entraba en clara
contradicción con el relato bíblico de la
Creación en seis días. En 1864 el primer ministro
británico Benjamín Disraeli pronunció un
discurso ante
los estudiantes de la Universidad de Oxford en que
manifestó: "¿Y cómo reza la pregunta que se
le propone hoy a nuestra sociedad, con una seguridad propia
de charlatanes, de lo mas desconcertante? Reza: ¿Es el
hombre un mono o un ángel?…. Yo, Dios mío, estoy
de parte de los ángeles!". Los argumentos
científicos contra Darwin eran de poco peso.
En un artículo que publicó en 1887, Thomas Henry
Huxley comenta que los únicos biólogo que él
recordaba que habían admitido la evolución
biológica inmediatamente después de la
publicación de "The origin of species", eran, aparte de
él mismo, Alfred Russell Wallace, Joseph Hooker, Sir John
Lubbock y Asa Gray. Las críticas publicadas en 1860 eran
en su mayoría hostiles. Sin embargo, en una carta que
escribió Charles Darwin a Joseph Hooker el 3 de marzo de
1860, cita a quince científicos que lo apoyan. Las cosas
cambiaron en un período extraordinariamente corto. A los
10 años de publicado su principal libro, Darwin contaba
con la adhesión de la mayoría de los naturalistas
de habla inglesa. Joseph Hooker y Thomas Henry Huxley, que se
convirtieron en los más acérrimos defensores de
Darwin, en un principio no aceptaron la evolución. En un
ensayo preliminar sobre la flora de Nueva Zelanda, que Hooker
publicó en 1853, explica con detalle por qué no
aceptaba las ideas evolucionistas. El mismo año Huxley
atacaba a los "Vestiges" de Chambers. Una reacción
típica fue el cambio gradual en la opinión de los
científicos. Por ejemplo, en 1860 el paleontólogo
Francois Pictet elogió a "The origin of species" como un
trabajo de recopilación que rompe la rutina, aunque
asegura estar sólo hasta cierto punto "dispuesto a aceptar
la mayoría de los hechos e ideas", pero en 1864 Pictet
aceptaba la evolución a gran escala y dos años
más tarde publicó un trabajo sobre peces
fósiles apoyando a la teoría evolutiva. Cuando en
1872 publicó la última edición de "El
Origen", Darwin comentó con satisfacción: "Ahora
las cosas están totalmente cambiadas, y casi todos los
naturalistas admiten el gran principio de la evolución".
Entre los principales y fogosos propagadores del pensamiento
biológico de Charles Darwin destacaron Thomas Henry
Huxley, Joseph Hooker y Herbert Spencer en Inglaterra, Asa Gray
en Estados
Unidos, y Ernst Haeckel y Fritz Muller en Alemania.
Una serie de biólogos, en general de edad, no aceptaron
las conclusiones darvinianas, entre ellos los dos profesores que
apoyaron el inicio de su carrera, los sacerdotes Sedgwick y
Henslow . Los paleontólogos antidarvinistas sólo
recurrían a las opiniones de Georges Cuvier, que estaban
bastante desprestigiadas. Los dos principales oponentes
científicos, Richard Owen y Louis Agassiz, habían
publicado trabajos en los que se aproximaban a la idea de
evolución, que el propio Darwin utilizó en favor de
su teoría, de manera que no es raro que en un comienzo
Darwin pensara que ambos lo apoyaban. Sir Richard Owen
había puesto de relieve la
similitud existente entre las especies fósiles y las
vivas. Darwin dedujo que "el profesor Owen se cuenta entre
aquellos paleontólogos que están plenamente
convencidos de la mutabilidad de las especies". Sin embargo, Owen
combatió a Darwin en numerosos artículos que
logró publicar. Presentaba comentarios anónimos,
citando extensamente sus propios trabajos con elogios. En lugar
de entregar argumentos objetivos,
tergiversaba lo dicho por Darwin y lo ridiculizaba. Aún
peor, incitó a otros a atacar a Darwin, en forma venenosa
y anticientífica, ante públicos profanos,
entregándoles información falsa. Con respecto al
libro de los "Vestiges" de Chambers, Richard Owen había
adoptado una actitud contradictoria, le escribió una carta
amistosa al autor anónimo en la que decía que
había leído el libro con agrado y aprovechamiento y
rehusó condenarlo por escrito, pero por otra parte le
suministró argumentos a Sedgwick y a Whewhell contra aquel
libro. En una conferencia
realizada en la British Association en 1858, Owen se
refirió a sus propias especulaciones sobre la lucha por la
existencia como precursoras de Darwin y Wallace y cuando Owen
reseñó el Origin en 1860, no se oponía al
evolucionismo y la primera valoración de las ideas de
Darwin que realizó en público no fue hostil. Pero
aparentemente adoptó un antidarvinismo exagerado una vez
que Huxley se declarara darvinista, debido a sus peleas
personales con éste.
En su obra sobre peces
fósiles, Louis Agassiz señalaba un triple
paralelismo entre los niveles de complejidad de los peces, tal
como aparecen en las clasificaciones, el desarrollo
embrionario y su orden de aparición en el registro
fósil. Darwin comenta: "La opinión de Agassiz de
que la serie geológica de las especies extintas casi
coincide con el desarrollo embriológico de las nuevas
formas, se encuentra en plena consonancia con nuestras
teorías". Por otra parte, el mismo Agassiz se había
referido a los numerosos casos de animales que parecen conectar
grupos taxonómicos diferentes. Agassiz evitó
deducir de ellos la idea de una evolución
interespecífica, pero Darwin dijo que efectivamente
corresponden a formas de transición evolutiva entre
diferentes grupos. Agassiz se colocó a la cabeza de los
antidarvinistas en Norteamérica. En 1860 Agassiz
escribió que la teoría de Darwin era un error
científico, falsa en sus hechos, anticientífica en
sus métodos y
dañina en sus tendencias. Desde la cátedra y en sus
publicaciones arremetió contra las ideas evolucionistas,
diciendo que se trataba de una simple moda. Dijo que
"espero confiadamente en que ya se pasará esta
manía". Owen y Agassiz fueron enemigos de Darwin hasta la
muerte. Sin embargo, el hijo y sucesor de Agassiz, Alexander
terminó aceptando la evolución, y expresó:
"Cuando se descubre una verdad científica nueva y
sorprendente, dicen al principio los hombres: !No es verdad, y
luego: ¡Va contra la religión!, para
acabar diciendo: ¡Eso hace ya mucho tiempo que se
sabía!.
Muchos naturalistas que en un principio habían sido
antidarvinistas por motivos religiosos o ideológicos,
debieron rendirse a la evidencia y se inclinaron cada vez
más por el evolucionismo. Comprendieron que, incluso desde
el punto de vista cristiano, las teorías opuestas eran
demasiado artificiosas y carentes de base, y que podía
perfectamente aceptarse la evolución sin necesidad de
negar a Dios. La cumbre del desarrollo y aceptación de las
ideas darvinianas en las ciencias
naturales se sitúa hacia los últimos
años del siglo XIX. A partir de la obra de Darwin se
inició la "nueva biología".
Tanto en medios científicos como en sectores más
amplios y menos doctos de la sociedad occidental, su doctrina se
hizo pronto popular. A pesar de la categoría de bastantes
de sus adversarios (Richard Owen, Louis Agassiz, Karl Ernst Von
Baer, Kölliker, Rudolph Virchow, Claude Bernard, etc.), no
tardó en existir una biología, una antropología, una ética, una
sociología e incluso una
historiología darviniana. Las ideas de Darwin no
sólo revolucionaron la biología, también
afectaron a otras áreas, como la sociología (Herbert Spencer), la antropología (Lewis Henry Morgan), la
economía
(Karl Marx,
Thorstein Veblen), la política (Walter
Bagehot), la literatura de ficción
(Joseph Conrad, Jack London, Jules Verne, H. G. Wells), la
poesía
(Robert Browning, Alfred Tennyson, Walt Whitman), la
lingüística (William Dwight Whitney), la
filosofía (Charles Pierce, John Dewey, Henri Bergson), y
la psicología
(William James, Sigmund
Freud).
Charles Darwin ha sido llamado a veces "el Newton de la
Biología" y la publicación de "The Origin of
Species" en 1859 se ha comparado con la del "De Revolutionibus
Orbium Coelestium" en 1843. En cierto sentido la analogía
es adecuada. Se trata de verdaderas revoluciones
científicas, que derribaron antiguos paradigmas.
Igual que a Isaac Newton
se le puede atribuir la demostración de que se
podían aplicar las mismas leyes a las
esferas supralunares y sublunares, así la teoría de
Darwin demostró cómo el vacío entre la
creación inanimada y la animada era más aparente
que real. La evolución por selección natural se ha
comparado con la teoría de la gravitación de
Newton, que se aplica tanto a la caída de una manzana como
a la órbita de un planeta, así como la
evolución biológica explica muchas cosas de manera
económica. Las modernas discusiones acerca del futuro de
la humanidad, la explosión demográfica, la lucha
por la existencia, la finalidad del hombre y del Universo, y el
lugar del hombre en el Universo
están influidas por el pensamiento de Darwin.
14. Criticas a Darwin y al
darvinismo
Críticas muy severas han intentado disminuir la
importancia de Darwin o desacreditar sus ideas. En las ediciones
sucesivas de El origen de las especies, Darwin procuró
incorporar los nuevos conocimientos y contestar a los
críticos que argumentaban de buena fe.:
1. Personas ajenas al campo científico suelen afirmar
que la evolución "es una simple teoría". Con ello
se quiere decir que se trata de una conjetura, una
suposición no comprobada. Al respecto debe tenerse
claridad en que las teorías son el principal productos de
la ciencia. En el lenguaje
científico, a diferencia del lenguaje
corriente, el término "teoría" no significa una
mera suposición, se refiere a un cuerpo organizado, a un
sistema de
hechos, hipótesis, modelos, etc.
relativos a una misma materia. Si se habla de teoría de la
evolución, al igual que de "teoría celular",
"teoría atómica", etc., no se trata de poner en
duda la realidad de la evolución, de las células o
de los átomos.
2. Se ha dicho que Darwin era un simple aficionado, que no era
un profesional ni siquiera de las ciencias naturales. Este
argumento, inadmisible desde el punto de vista lógico
(cuestionar no a las ideas sino a sus autores), es además
falso. Aunque Darwin tenía medios económicos y no
necesitaba tener un empleo
remunerado, Darwin se convirtió en un científico
profesional como cualquier otro de su época. Las
Universidades en ese tiempo no daban títulos en ciencias
naturales, por lo que no es raro que Darwin no estudiara
formalmente esas disciplinas. Darwin entró a la comunidad
científica, asistió a las clases de botánica
de Henslow y completó su formación en el viaje del
Beagle. Lo más importante, fue reconocido como un
científico profesional y competente por sus pares.
3. Se ha dicho que Darwin desconoció las contribuciones
anteriores de otros investigadores. La crítica es injusta
porque en relación a la selección natural no
existían prácticamente predecesores entre los
naturalistas. Darwin reconoció que esta idea la
derivó de sus lecturas de Malthus, y en la tercera
edición del libro (1861) pudo agregar un bosquejo
histórico en el que cita algunos predecesores, cuya
contribución había sido poco importante. L. Eiseley
ha intentado demostrar que Darwin sacó la idea de
selección natural de los escritos de Edward Blyth sin
concederle el mérito correspondiente. Sin embargo, Blyth
utilizaba la selección natural para refutar la
evolución, y por lo tanto no pudo entenderla. Charles
Lyell también habló de la lucha por la existencia
entre las especies y concluyó que si una especie alcanza
una situación de privilegio al invadir una nueva zona,
esto puede ocasionar la extinción de otra especie. La
noción de lucha por la existencia en Lyell servía
como un argumento en contra de la teoría transformista de
Lamarck. El propio Darwin señaló no menos de 20
predecesores que habían escrito sobre evolución
biológica. La reacción de Charles Darwin frente a
la carta de
Wallace demostró más que cualquier otro hecho su
capacidad para aceptar y reconocer las contribuciones de otros
científicos. El feliz desenlace entre Darwin y Wallace
contrasta, por ejemplo, con la disputa entre Joseph Henry y
Michael Faraday por el descubrimiento de la inducción electromagnética, o los
conflictos de
prioridad entre Isaac Newton, primero con Hooke en
relación a la ley de gravitación universal, y
posteriormente con Leibniz por la invención del cálculo
infinitesimal.
4. Se ha sostenido que sus experimentos estaban mal definidos,
no eran cuantitativos, carecían de controles adecuados y
por lo tanto no pueden ser reconocidos por los científicos
actuales. Es indudable que los experimentos de Darwin no se
hallan al nivel de los realizados por los científicos
modernos. Obviamente deben ser considerados de acuerdo al
desarrollo de la biología y la historia natural de los
años en que se realizaron. En esa época la
experimentación exacta en biología era casi
desconocida. Tampoco puede desconocerse que la
experimentación formó parte de su método
científico. Justamente Darwin se distinguió de los
demás naturalistas de su tiempo por haber realizado
experimentos cada vez que encontró un problema cuya
solución podía resolverse experimentalmente.
5. Se ha criticado a Darwin como un filósofo
incompetente. Mayr ha demostrado que trabajaba con un método
moderno, con modelos y
técnicas hipotético-deductivas. Se interesaba en la
filosofía de la ciencia y aplicó conscientemente
las ideas al respecto de Hershell y Whewell. La filosofía
darviniana es la de un positivista lógico.
6. Hay quienes han dicho que la selección natural es
una clara tautología, que los más aptos sobreviven
y que por definición los más aptos son quienes
sobreviven. Si la teoría es tautológica, entonces
no es refutable. Esta opinión es errónea por varias
razones: la selección depende de la explosión
demográfica, si no nacen más organismos de los que
puedan sobrevivir y reproducirse, no hay selección. La
selección depende de la afirmación de que en
promedio los vencedores en la lucha por la existencia
diferirán de los perdedores y el resultado de ganar o
perder dependerá de esas diferencias. En tercer lugar, se
mantiene que los rasgos que causan éxito o fracaso en un
caso, producirán resultados análogos en otros
casos. Darwin propuso criterios diferentes a la propia
supervivencia para definir la adecuación: determinadas
características morfológicas, psicológicas y
de comportamiento
pueden estimarse superiores a priori en relación a la vida
en ciertos lugares. Por otra parte, la supervivencia del
más apto es sólo una parte de la selección
natural. Una teoría es refutable, y por consiguiente
científica, si es posible concebir al menos un estado de
hechos incompatibles. El propio Darwin especificó que la
existencia de un órgano en una especie solamente para
beneficio de otra especie destruiría su teoría. Es
sorprendente que nade ataque a Newton o al concepto de gravedad,
sin embargo la primera ley de Newton postulaba que un objeto
permanece en reposo o en estado de movimiento uniforme a menos
que fuese afectado por una fuerza, pero
el mismo Newton había definido fuerza como "una
acción ejercida por sobre un cuerpo para cambiar su
estado, bien de reposo o de movimiento uniforme y
rectilíneo".
7. Para muchos de los contemporáneos de Darwin la
Selección Natural pareció constituir una lucha
brutal por la supervivencia en un mundo encuadrado en el crudo
esquema de "la naturaleza roja en los dientes y garras".
Frecuentemente se cree en forma errónea que la
selección natural se produce principalmente mediante
mortalidad diferencial. La utilización de frases como
"lucha por la existencia" y "supervivencia del más apto"
tuvo la desafortunada consecuencia de que la gente creyera que se
trataba sólo de depredación y lucha por el
alimento. La literatura postdarviniana
contiene abundantes frases tales como "lucha por la existencia",
"supremacía del más fuerte", "superhombre", etc.
Sin embargo, el propio Darwin explicó que tales
expresiones son metafóricas, la Selección Natural
no es una lucha, es algo más sutil, es la mayor o menor
capacidad de multiplicarse. El escritor inglés Samuel
Butler y el político y filósofo ruso Kropotkin
buscaron reemplazar la teoría darviniana de "lucha" por
una en que los factores evolutivos principales fueran el
altruismo y la ayuda mutua, idea desarrollada en tiempos
recientes por Allee y por Ashley Montagu. Sin embargo, la
selección natural no es ni egoísta ni altruista,
sino oportunista: la vida se promueve a veces mediante competencia y
otras veces mediante cooperación.
8. Ciertos filósofos pusieron en duda que la
selección natural pudiese producir algo nuevo, afirmando
que solamente remueve de las poblaciones las variantes
degenerativas y malformaciones. Darwin no explicó por
qué se produce la variación hereditaria entre los
individuos, pero presentó como un hecho demostrable que
tal variación ocurre. Muchos científicos dedujeron
que la variación no podía ocurrir al azar.
Actualmente sabemos que existen dos procesos
evolutivos básicos: el origen de las materias primas para
los cambios evolutivos (mutación) y la construcción y perfeccionamiento de la
forma y función orgánicas, en las que participa la
selección natural. Sewall Wright planteó que las
mutaciones sin selección natural solamente
producirían conjuntos de
caprichos, pero no evolución.
9. Se argumentó contra la evolución la supuesta
discontinuidad del registro
fósil. Paleontólogos como Hugh Miller afirmaron que
formas totalmente nuevas aparecen repentinamente en el registro
fósil. Darwin contestó que evidentemente el
registro fósil es incompleto, las lagunas son ilusorias
por falta de información. Nuevos descubrimientos tendieron
a confirmar esta conclusión, llenando muchos
vacíos. Sin embargo, en la década de 1850 una serie
de fósiles del Mioceno de Grecia,
descubiertos por Albert Gaudry, confirmaban el cuadro evolutivo y
en 1861 se descubrió el primer ejemplar conocido de
Archaeopteryx, intermedio entre los reptiles y las aves, como
habían predicho los evolucionistas. Los sucesivos
hallazgos paleontológicos realizados desde la época
de Darwin han suavizado mucho la discontinuidad del registro
fósil
10. En 1865 Carl von Nägeli afirmó que
existían muchos caracteres específicos que
parecían no tener valor
adaptativo y que no podían haberse formado por
selección natural. Darwin consideró esta
objeción afirmando que en muchos casos no conocemos lo
suficiente acerca del modo de vida de una especie para estar
seguros de que
un carácter concreto es
innecesario. La selección natural podía verse
forzada a desarrollar órganos innecesarios por lo que
Darwin llamó "correlación": cuando las leyes del
crecimiento individual unen estrechamente un carácter
adaptativo y otro carente de utilidad.
11. En 1868 Sir William Thompson, más conocido como
Lord Kelvin, dijo que la Tierra se
formó como un cuerpo caliente que debió enfriarse
progresivamente. Considerando su masa y su actual temperatura,
estimó que su antigüedad era de unos pocos millones
de años, incompatibles con la teoría de la
selección natural, que exigía períodos
enormes. Según sus cálculos, la edad total de la
corteza terrestre debía ser de unos 100 millones de
años, o como máximo 200 millones, de los cuales
sólo los últimos 20 a 40 millones serían lo
suficientemente fríos como para permitir el desarrollo de
la vida. El mutacionismo y otras alternativas al darvinismo
obtuvieron apoyo porque exigían menos tiempo. Darwin dijo
que esperaba que algún día se descubriera un
proceso que alargara el tiempo disponible para la
evolución. En las primeras décadas del siglo XX se
demostró que la radiactividad es una fuente de
energía que Kelvin no había considerado, y que
incrementaba notablemente el tiempo disponible. De acuerdo a
cálculos modernos, la edad de la Tierra se estima en unos
4.600 millones de años.
12. En 1868 Fleeming Jenkin, ingeniero escocés que
había trabajado con Lord Kelvin, afirmó que si una
sola forma mutante aparece con un carácter ventajoso no
podrá influir en la evolución de la especie porque
ese nuevo rasgo desaparecerá entre la masa de individuos
que no han experimentado cambio, debido al mecanismo de herencia
mezclada. Darwin contestó que la herencia del uso y desuso
a través de las gémulas, resolvía en parte
el problema. Agregó que la variación ocurre
realmente, "debido a causas de las que todavía ignoramos
todo". La objeción desapareció al descubrirse las
leyes de Mendel, que
demuestran que la evolución es particulada, no mediante
mezcla.
13. Otro argumento de Fleeming Jenkin se refiere a la
mortalidad masiva de individuos. Decía que una hembra de
salmón pone 2 millones de huevos, de los que sólo
dos sobreviven, y no puede afirmarse que esos dos sean justamente
los más aptos. Este argumento lo repiten autores actuales,
como Grassé, que escribe: "las pérdidas masivas
debidas a cataclismos, que azotan a vastos espacios tienen un
efecto poco selectivo sobre los animales y los vegetales. Golpean
ciegamente al azar, los lugares y las circunstancias: el
maremoto, la inundación, el incendio del bosque o la
sabana, etc., no seleccionan a sus víctimas". Sin embargo,
esto no invalida a la selección natural. La pérdida
de gametos, huevos, larvas y crías es en gran parte
aleatoria, pero sobre la población que queda, que es una
muestra de la
población original, actúa la selección. Por
otra parte, si la reducción accidental de la
población es muy acentuada, la evolución se
intensifica porque la selección natural actúa sobre
una mayor proporción de homocigotos recesivos, e
interviene en mayor medida la deriva génica.
14. Fleeming Jenkin hacía referencia a los
límites de variabilidad sobre los que puede actuar la
selección. Exceptuando los monstruos, anormales o
estériles, la mayoría de la variabilidad observada
se refiere a cambios pequeños y no se apartaban del
patrón de la especie, lo cual no explicaría la
aparición de nuevas especies. Darwin mantenía que
la sucesión de cambios a través del tiempo acaba
generando las diferencias entre las especies.
15. El origen de los órganos complejos pareció
difícil de concebir a través de un desarrollo
gradual si sólo el órgano completamente funcional
es útil al organismo. Por ejemplo, se decía que el
ojo no podría haber funcionado en forma más simple,
porque no tendría valor selectivo para la formación
de imágenes
hasta que ha alcanzado una gran complejidad. La morfología
comparada demuestra que no es así, los ojos más
primitivos no forman imágenes,
son simples manchas que detectan ausencia o presencia de luz.
16. Moritz Wagner expresó que la evolución de
una especie en otra (especiación) no puede explicarse
satisfactoriamente con la teoría de Darwin, ya que era
razonable preguntarse cómo era posible que evolucionara
una nueva especie en la misma localidad que sus progenitores.
Darwin hizo poco hincapié en el aislamiento entre grupos
como causa primaria de la evolución y pasó por alto
la posibilidad de que la esterilidad entre grupos que evolucionan
independientemente sea un factor beneficioso.
15. Extrapolaciones abusivas del
darvinismo
A veces se le ha acusado a Darwin por los excesos a los que
han podido llegar algunos supuestos seguidores, que han
tergiversado sus ideas sacándolas del campo de la
biología. Tales tergiversaciones no son, por supuesto,
responsabilidad de Darwin. No faltaron los que en
el terreno social adoptaron las ideas de Darwin para justificar
todo tipo de bárbaras competencias,
incluyendo la guerra entre
razas, clases y naciones, suponiendo que el más fuerte
"debe" sobrevivir y el más débil "debe" ser
aniquilado. Las mistificaciones racistas se inspiran en esta
falacia. Lo anterior es absolutamente injustificado. La
Selección Natural no es un principio ético ni
actúa en esa forma. La selección no es altruista ni
egoísta. Entre estas extrapolaciones abusivas del
darvinismo se pueden considerar:
Darvinismo social: Economistas como William G. Sumner,
profesor de Yale, consideraron a la selección natural como
la base de la libre competencia y el
individualismo más brutal. La insistencia de Herbert
Spencer en la libertad del
individuo para competir sin restricciones impuestas por el estado,
halló resonancia en los industriales llamados "barones
ladrones" de Estados Unidos, famosos durante el siglo pasado por
su falta de escrúpulos en la competencia mercantil. La
frase "supervivencia de los más aptos" de Spencer fue
utilizada por magnates como Andrew Carnegie, John D. Rockefeller
y otros, para justificar sus excesos.
Racismo: Los movimientos nacionalistas de Europa, que
desembocaron en la primera Guerra
Mundial, frecuentemente invocaron al darvinismo para
justificar la lucha entre las naciones como continuación
de un proceso biológico, que conduciría al
legítimo predominio de los más fuertes, y la
posición dominante asumida por determinados grupos
raciales. Miembros de la Liga Monista, fundada por el
biólogo darvinismo Ernst Haeckel, desempeñaron un
papel
relevante en la emergencia de la ideología nazi, al
plantear fantasías sobre la pureza racial germana y
justificar mediante la selección natural su doctrina de
que los individuos indeseables y las "razas inferiores" fuesen
eliminadas por la "raza aria". El físico Ludwig Woltmann
fue el principal portavoz de las ideas del conde de Gobineau
sobre la raza nórdica y desde 1902 publicó una
revista con la
que realizaba una campaña para impedir el deterioro de la
raza nórdica y mantener su supremacía.
Eugenesia: El periodista estadounidense Albert E. Wiggam,
partidario de la ciencia, la biología y la
evolución, instó al control
científico de la evolución humana futura mediante
la eugenesia, en la década de 1920. Algunos otros
escritores han invocado al darvinismo para justificar el control directo
de la procreación humana a través de medidas de
eugenesia. Sin embargo, la eugenesia se fundamentó en el
mendelismo más que sobre el darvinismo. Cuando se produjo
la unión del mendelismo y el darvinismo en la
teoría sintética de la evolución, uno de sus
fundadores, J. B. S. Haldane, utilizó la complejidad de la
teoría para argumentar contra la aplicación directa
de la biología a la sociedad.
16. Estado actual de las ideas
de Darwin
Cada cierto tiempo algún escritor manifiesta que las
ideas de Darwin están obsoletas. Si hacemos un resumen de
sus ideas y del estado actual del conocimiento
biológico podremos comprobar, que por el contrario, Darwin
está cada vez más vigente, aunque obviamente existe
actualmente mucha más información que la que la
ciencia había logrado reunir el siglo pasado.
1. Teoría Básica de la evolución: Los
biólogos consideran hoy a la evolución
biológica como un hecho. El cambio evolutivo se comprueba
en las secuencias de fauna y flora en
los estratos geológicos así como en los contenidos
de los reservorios genéticos a través del tiempo.
Hoy día la idea evolucionista prácticamente no
tiene enemigos considerables. Se ha abierto paso la idea de que
sólo la ignorancia o la mala fe pueden tomar partido
contra el evolucionismo.
2. Teoría del origen común de las especies: La
confirmación más decisiva de esta idea proviene de
los estudios bioquímicos, en especial del descubrimiento
de la universalidad del código genético.
3. Teoría de la diversificación de las especies:
La insistencia de Darwin sobre el desarrollo de la diversidad
como un componente importante de la evolución fue ignorada
durante mucho tiempo, pero hoy es un campo de interés
para la ecología y la paleontología.
4. Teoría del gradualismo: Esta idea, no aceptada
incluso por algunos de sus amigos más cercanos, como
Huxley y Galton, se ha impuesto a partir
de mediados del presente siglo, cuando quedó claro que la
evolución afecta a las poblaciones. Los procesos de
especiación son poblacionales.
5. Teoría de la selección natural: Aceptada
sólo por una minoría durante los ochenta
años posteriores al Origen de las especies, es actualmente
la explicación más aceptada del cambio evolutivo.
Hay pruebas
irrefutables de acerca de la realidad de la selección
natural, que ha podido estudiarse tanto en laboratorio
como en la naturaleza. Desde la década de 1920, con
el trabajo de
genetistas de poblaciones tales como Sir Ronald Fisher, J. B. S.
Haldane y Sewall Wright, se hizo evidente que una síntesis
de la labor de Darwin sobre selección natural con la de
Gregor Mendel sobre
genética,
producen un cuadro coherente e inteligente del cambio evolutivo.
Un ejemplo claro de selección natural es el desarrollo
reciente de la resistencia de
diversas cepas bacterianas a la penicilina.
6. Teoría de la selección sexual: Rechazada en
un comienzo por la mayoría de los biólogos,
incluyendo a Wallace, especialmente en lo que se refiere a la
elección por parte de la hembra, porque se consideraba
antropomórfica, parecía implicar que los animales
tenían poderes de discriminación e incluso de
apreciación estética similares a nosotros. Sin
embargo, se confirmó su importancia como un mecanismo
evolutivo a partir de 1970.
7. Concepto de especie: En sus primeros escritos, Darwin
plantea una idea sobre especie similar a la que mantienen los
biólogos contemporáneos, que la definen como una
población que es simultáneamente una comunidad
reproductora, una unidad ecológica y una unidad
genética. Finalmente eliminó los criterios
biológicos que aparecían en sus cuadernos de notas
y llega a un concepto de especie que mezcla las definiciones
tipológica y nominalista.
8. Especiación: Aunque Darwin tituló a su
principal libro El origen de las especies, el tema de la
especiación lo trató superficialmente. En un
comienzo, estudiando la fauna de islas
Galápagos, descubrió el papel del aislamiento
geográfico en la formación de nuevas especies
(especiación alopátrida), modalidad que los
biólogos evolucionistas consideraron hasta hace poco como
la casi única forma de especiación. Sin embargo,
una vez que Darwin cambió su concepto de especie
comenzó a aceptar lo que hoy se denomina
especiación simpátrida. Finalmente tuvo poca
claridad en este problema y a menudo se contradijo, probablemente
por su desconocimiento del origen de la variabilidad
genética. Hoy se acepta, que tal como pensaba Darwin, la
especiación no exige necesariamente del aislamiento
geográfico.
9. Herencia: Darwin desarrolló su "teoría
provisional de la pangénesis" para poder dar
cuenta de la herencia de caracteres adquiridos. Fue la
hipótesis menos
afortunada de Darwin, aunque la enunció de manera
provisional. Desde un principio fue rechazada y ridiculizada por
los científicos, hasta ser totalmente abandonada con los
hallazgos de Gregorio Mendel. Sin embargo, la teoría de la
pangénesis de Darwin reconoce la naturaleza "particulada"
de los elementos genéticos, adelantándose al
descubrimiento de Mendel. Actualmente la pangénesis de
Darwin no resulta tan absurda, puesto que implica transporte de
moléculas informativas, y la biología molecular ha
descubierto este siglo los ácidos ribonucleicos
mensajeros, los fenómenos de transducción a
través de virus y los
elementos genéticos transponibles o "transposones", que se
comportan de manera similar.
10. Herencia de caracteres adquiridos: Darwin, al igual que la
mayoría de los biólogos de su tiempo, aceptó
la herencia de los caracteres adquiridos. Posteriormente tal
idea, que se asocia al nombre de Lamarck, fue rechazada por la
biología. En los últimos años se han
realizado algunos experimentos cuyos resultados han sido muy
discutidos, y que podrían indicar que bajo ciertas
condiciones se produzcan mutaciones dirigidas por los cambios
ambientales, lo cual abre la posibilidad de un tipo de herencia
parcialmente lamarquiana.
11. Origen del hombre: Darwin opinaba que el hombre
debió haber aparecido en África, dada su similitud
con los antropoides africanos, chimpancé y gorila. Ernst
Haeckel, en cambio, pensaba que el pariente más cercano
del hombre sería el gibón, y que al antepasado
común debió haber vivido en Asia. Hasta el
tiempo de la Segunda Guerra
Mundial los antropólogos y paleontólogos de
América
y Europa
concentraron sus esfuerzos en buscar al antepasado del hombre en
Asia: Java, Mongolia,
China. La
biología molecular demostró nuestro cercano
parentesco con los chimpancés, y los fósiles
homínidos más antiguos se han encontrado en
África.
12. Origen de la
vida: Darwin no estudió el problema del origen de la
vida, pero en su correspondencia manifestó su
convicción de que pudo haber surgido en una charca bajo
condiciones muy diferentes a las que existen actualmente sobre la
Tierra. Su idea puede considerarse como un anticipo del
desarrollo de las ideas actuales sobre el origen de la vida.
13. Atolones coralinos: Desde su publicación en 1842 el
modelo
propuesto por Darwin para explicar la formación de los
atolones de coral suscitó una intensa controversia. Hubo
que esperar un siglo, y las perforaciones efectuadas en los
atolones de Bikini y de Eniwetok (islas Marshall), en 1952, para
que se reconociera definitivamente la validez del modelo.
14. Papel de las lombrices: Las consideraciones de Darwin
sobre el efecto beneficioso de las lombrices sobre el suelo
chocaron con las opiniones de sus contemporáneos, que las
consideraban perjudiciales para las plantas. Las investigaciones
recientes han confirmado ampliamente los descubrimientos de
Darwin y su estudio no ha perdido actualidad.
15. Expresión de las emociones: Últimamente los
antropólogos han apreciado la Expression of Emotions de
Darwin como plena de ideas útiles para el estudio de
la
comunicación humana no verbal.
16. Fisiología vegetal; Darwin fue un pionero
en este campo. El evolucionista J. B. S. Haldane ha dicho que
esta fue la contribución más original de
Darwin.
17. Biogeografía: Su enfoque biogeográfico, en
el que subrayó la importancia de la conducta y de la
ecología
de los organismos en la distribución, está
más próximo a la biogeografía moderna que el
enfoque descriptivo-geográfico que predominó
durante más de medio siglo después de la muerte de
Darwin.
18. Taxonomía: Darwin fue la primera persona que
elaboró una teoría sobre la clasificación de
las especies, la que sigue siendo aceptada por la mayoría
de los taxónomos.
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Económica, México.
Young, D. 1998 "El descubrimiento de la Evolución",
Ediciones del Serbal, Barcelona
palabras claves: biología evolutiva, darwin,
darvinismo, evolución, evolucionismo
Resumen:
Biografía comentada de Charles Darwin que incluye en
forma especial su obra y sus implicancias. Se abordan sus
ancestros familiares, infancia,
juventud,
estudios, el viaje en el "Beagle", su vida en Down, el
cìrculo de sus amigos, su obra, sus últimos
años, perfil humano, el impacto de su obra, las
críticas, las extrapolaciones abusivas y el estado
actual de sus ideas.
Autor:
Manuel Tamayo H.
Universidad Católica del Maule, Talca, CHILE
mtamayo[arroba]hualo.ucm.cl
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